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Argentina
Diego García, Estudió batería con Horacio Gianello, Claudio Loza, percusión folklórica con Diego de la Zerda, Interpretación Orquestal con Gerardo Chiarella. Tocó en bandas Under Rock como, De Flow (editando Piedras de Sangre 1996), Rhun, (Subunder 1998 , Morning Marker 2000) con giras por el interior del país, Awamono (EP, The Real World 2002). Experimenta en jazz con diferentes formaciones, Pablo Sanguinetti Trío, editándose (Buscando 2006), Roque Fourcade Quinteto, Pancho Caratino Trío, Santi Villalba Trío, Claudios Ríos Cuarteto, Diego Pérez Trío, Flo Graselli Quinteto.(presentaciones en el Festival de Jazz de Buenos Aires , La Pataia, Punta del Este). Trabajó como sesionista en distintos proyectos musicales ( Iconos Big Band, Fue culpa del amor). Ha formado parte del grupo de la cantautora Flopa Lestani (Emoción Homicida 2008) (Teatro N/D Ateneo , Centro Cultural Rojas) junto a Juan Ravioli, Fernando Kabuzacki, Marcos Roca y Rodrigo Guerra. Se dedica a la enseñanza de la batería en su estudio particular y en el E.I.D.M desde 1998.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Inprovisación

Todo el mundo sabe quién es Werner Von Braun, el oficial de las SS contratado por EE.UU. para dirigir su proyecto espacial, principal diseñador de los Apolos y otros artefactos luneros.
Pero quizá no sea tan conocido Sergei Koroliov, su competidor directo, el responsable del programa espacial de los rusos. En realidad, Koroliov y sus ingenios siempre fueron por delante de los americanos. Ellos pusieron el primer sputnik en órbita, ellos enviaron al primer ser vivo al espacio (la perrita Laika), ellos enviaron al primer hombre al espacio (Yuri Gagarin) e incluso a la primera mujer (Tereshkova).
La parida es que se comenta que los americanos iban siempre detrás porque Von Braun era un perfeccionista obsesivo mientras que Koroliov era más improvisador, bricolajero y pedestre.
Por ejemplo, Von Braun tropezó con la dificultad de escribir con bolígrafo o pluma en un ambiente sin gravedad. Demoró mucho tiempo en inventar el Papermate, que es el bolígrafo capaz de escribir incluso cabeza abajo. Entretanto, los rusos continuaban su marcha sin detenerse utilizando simplemente lápices... el lápiz de toda la vida.

Andreu Martin